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Este blog está hecho con la idea de ir publicando las protestas, noticias... que haga la gente de La Rioja.

Principalmente las protestas, noticias... que se irán publicando, serán en la linea de temáticas como estas:


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miércoles, 26 de octubre de 2011

Año 2014, la educación pública en el futuro

Versión subtitulada para que podáis difundir el vídeo por donde queráis y a quien queráis. Muchas gracias por vuestro apoyo.



EnlaceFuente: Germaniako

Verdadera historia del Pulitzer que ganó Kevin Carter


Bueno para empezar quiero aclarar que hago este post porque estaba por empezar a ver "La Muerte de Kevin Carter" un documental que encontré en un top post de documentales, y primero comenze en buscar atravez de internet quien fue este polemico fotografo y digo polemico por todo lo que conllevo su foto mas famosa y ganadora del pulitzer, y encontre con una noticia que me hizo reflexionar y pensar, porque el mundo es tan hipocrita mientras hablan de ayudar al projimo, ayudar a los niños, compartir las riquezas, simplemente muchos de nosotros solo criticamos y no vemos el daño que podemos hacer con estas criticas, la noticia es extensa pero no por esto aburrida, leeanla toda y veran que hara que piensen diferente, para empezar la foto de la cual hablo y se que la mayoria conoceran:


Esta es la verdadera historia:

La foto de Kevin Carter debería haber sembrado de silencio el mundo. Pasó todo lo contrario. Desató una tromba de chismorreos y palabrería que tras casi 15 años abrasa todavía foros de Internet e invade seminarios. Gañanes de la opinión, evangelizadores laicos, moralistas progres, bienpensantes reaccionarios, profetillas pichaflojas y hasta algún periodista de relumbrón reverdecen la teoría de que Carter se quitó la vida por el remordimiento de no haber salvado a la indefensa criatura de esa bestia.

Sí, 16 meses después de aquella foto, la noche del 27 de julio de 1994, su autor, el sudafricano Kevin Carter, que venía de recoger el Premio Pulitzer en la Columbia University, conectó una goma al tubo de escape de su coche, dejó una confusa nota y se suicidó. Tenía 33 años.

Kevin Carter

Desde que el New York Times publicó la foto (marzo de 1993), millones de personas sintieron un impacto en la barriga, un estremecimiento fugaz que muchos aún perciben como una especie de agresión a una parte íntima de su sensibilidad. Alguien iba a tener que pagar por ello. Hasta que, al fin, Carter, el agresor, pagó su culpa. Ya no tendría forma de defenderse. A partir de ahí, bastaba con repetirle al mundo la milonga hasta la náusea: «Claro, el dilema moral, la culpa, todo eso le condujo a la tumba, bla, bla…». Y siguen.

El fotógrafo Luis Davilla y yo estuvimos en ese lugar meses después que Carter, en julio. Luis retrató una escena parecida y los dos sabemos que no sucedió así. Quienes esparcen la patraña no saben de lo que hablan. O peor: mienten.

A mediados de marzo de 1993, Carter viajó con su colega Joao Silva, un mozambiqueño recriado en Sudáfrica, al sur de Sudán, un lugar acosado por las hambrunas y el terror de la guerra desde la llegada al poder de los radicales islámicos. Carter y Silva eran dos de los cuatro foteros conocidos en Johanesburgo como el Club del Bang-Bang, gente especializada en retratar la brutalidad durante el fin del apartheid en suburbios como Soweto o Thokoza. Pertenecían a esa clase de reporteros que no se amilanan ni cuando la muerte les mira de cerca o la sangre les salpica la lente. Así ayudaron a enterrar al régimen racista de Pretoria. Por entonces, Ken Oosterbroek, el líder del grupo, el más guapo y equilibrado, había sido dos veces Mejor Fotógrafo del Año. Y Greg Marinovich, el cuarto bang-bang, Pulitzer desde 1991 por una secuencia en la que un miembro del partido Inkhata era linchado, primero a cuchilladas y luego abrasado a fuego.

Cuando Carter y Silva llegaron a Ayod, entre infectos pantanales, a unos mil kilómetros del lugar civilizado más cercano, el poblado funcionaba como feed-center, un centro de alimentación de la ONU. Unas 15.000 personas exhaustas que huían de los combates, con grave desnutrición y enfermedades como la malaria, el kala azar (leishmaniasis) o el gusano de Guinea, se concentraban allí y aquello era un verdadero festival de ayuda humanitaria. Silva y Carter, cada uno por su lado, hicieron fotos toda la mañana de aquel espanto. Cuando se reencontraron, Carter le describió la escena y se sentó a llorar: esperó 20 minutos a que el buitre entrase en plano, hizo la foto, espantó al bicho (o no, qué más da) y se marchó.

OTRO PREDADOR

Durante el año siguiente, Carter se vio alanceado con dilemas y acusaciones obtusas, cuando no estúpidas, de quienes jamás han pisado un escenario semejante, incapaces de imaginarse una realidad tan atroz como la del sur de Sudán, pero que parecían hacerse cargo del vértigo terrible que expresaba su foto. Un insensato llegó a escribir: «El hombre que ha ajustado su lente para captar esa foto es otro predador, otro buitre en la escena». Y yo afirmo: difícil ser más imbécil.

Carter acudió a toda clase de foros para ofrecer su versión de lo sucedido, pero para entonces su vida era un completo desastre. Muchos años antes había intentado suicidarse, fumaba White Pipe, una mezcla de maria, mandrax y barbitúricos, tenía graves problemas familiares y una personalidad desordenada, perdía sus carretes de fotos en aviones y aeropuertos, arrastraba depresiones, llevaba una vida caótica y tenía acumuladas experiencias trágicas como para colapsar las consultas de varios psicoanalistas.

Por si fuera poco, el 18 de abril de 1994, Carter dejó a su amigo Oosterbroek y demás bang-bang de guardia en un suburbio de Johanesburgo y se marchó a conceder una entrevista a un colega, pues seis días antes le habían comunicado la concesión del Pulitzer por la foto de la niño y el buitre. En la radio del coche escuchó que Oosterbroek y Marinovich habían sido heridos en una refriega nada más irse él. Voló hacia el hospital, pero Oosterbroek había fallecido. Las preguntas estúpidas siguieron. Y los imbéciles, como carroñeros, haciendo de las suyas.

En fin, ¿qué otra cosa pudo haber hecho Carter por la niño? ¿Espantar al buitre? Al parecer, lo hizo, aunque los buitres (los hay a montones) habrían vuelto de todos modos. ¿Llevarla consigo? Bien, ¿adónde?, porque parece que nuestra conciencia acomplejada pretende imaginar que esa criatura yace en un páramo hacia ninguna parte. No es cierto. Esa criatura, reventada por el hambre y por las diarreas, que a los niños allí les desvencija el ano y les hace colgar una tripa larga pierna abajo, está a unos 20 metros de la puerta del poblado, junto a la empalizada de paja que rodea el feed-center y rodeada de gente que deambula a su alrededor. Nadie la ha llevado hasta allí. Simplemente, esa niño se ha sentado a defecar. Sí, maldita sea, es el estercolero de la tribu, donde todos los suyos, de generación en generación, acuden a realizar sus deposiciones. Son gente educada, al fin y al cabo, con sus normas cívicas, que no permiten que uno haga de vientre en cualquier lado. ¿Será preciso decirlo en plata? ¡Esa niño ha ido allí a cagar! Y el buitre, esa bestia cobarde que parece tan atenta, no hace sino esperar a que la niño le regale su magra ración de carroña cotidiana, como también sucede con la criatura que retrató Davilla en idéntica actitud en ese lugar demoníaco y escatológico.

No, Carter no se suicidó por un remordimiento de esa clase. Se limitó a recortar un trozo de paisaje para servírnoslo a domicilio. La expresividad fue su gran logro, pues la foto ejerce de metáfora certera de una realidad trágica y atroz de una guerra olvidada. No es ningún montaje: sucedió así y Carter sólo nos troceó y nos regaló el significante; el significado lo pusimos nosotros, espectadores occidentales, atormentados por nuestra sucia conciencia y acosados por los problemas de obesidad extensiva desde la tierna infancia. Carter no era otro predador ni el ejecutor de la niño, no, sino su único redentor. La redimió y esparció la culpa al mundo, para que volviésemos los ojos por un segundo hacia la tragedia de Sudán y ayudásemos a esas criaturas a llevar su cruz olvidada. Carter no logró salvarla, pero es que eso ya (a unos más que a otros, desde luego) nos correspondería a todos.

Tres meses después de la muerte de su amigo Oosterbroek, a finales de julio de 1994, Carter recogió su Pulitzer y el día 27, a la vuelta, anotó en un papel que dejó en el asiento del copiloto: «He llegado a un punto en que el sufrimiento de la vida anula la alegría… Estoy perseguido por recuerdos vívidos de muertos, de cadáveres, rabia y dolor. Y estoy perseguido por la pérdida de mi amigo Ken…». El dióxido de carbono de su vieja furgoneta puso el resto, pero no sabemos hasta cuándo los opinadores y moralistas seguirán haciéndole pagar a Carter que nos diese ese aldabonazo y ese susto en la conciencia. De todos modos, los niños y los buitres seguirán estando allí. Aunque Carter ya no esté para retratarlo.

Su nota de suicidio muestra el retrato de una persona con muchos problemas:

"Estoy deprimido ... sin teléfono ... dinero para el alquiler ... dinero para la manutención de los hijos ... dinero para las deudas ... ¡¡¡dinero!!! ... Estoy atormentado por los recuerdos vividos de los asesinatos y los cadáveres y la ira y el dolor ... del morir del hambre ó los niños heridos, de los locos del gatillo fácil, a menudo de la policía, de los asesinos verdugos ... He ido a unirme con Ken, si soy yo el afortunado."



Fuentes: DarkBlade515

sábado, 15 de octubre de 2011

Unidos por un cambio global


El 15 de octubre, ciudadanos de todo el mundo salimos a las calles para reivindicar un cambio global, decir "no" al servilismo de la clase política y su sumisión a los mercados.

El Presidente de nuestra comunidad presentará un nuevo plan de austeridad que no resolverá la situación integralmente, no establecerá medidas de prevención ante situaciones futuras de igual calado y será causa, entre otras, de futuros problemas en la esfera del sistema social. Denunciamos que las políticas de austeridad producen un incremento de las desigualdades sociales y un ataque frontal contra los pilares del Estado del Bienestar. Al mismo tiempo, estas políticas de austeridad favorecen los intereses económico-financieros privados responsables del modelo de desarrollo económico que ha provocado la actual crisis.

Ésta no es tan sólo una crisis económica sino también una crisis de la clase política actual, que culmina en la ruptura del pacto social, fundamento de las democracias basadas en la soberanía popular.

Ante la precariedad del sistema, reclamamos la reorientación de la economía y la construcción de un nuevo modelo de bienestar social fundado principalmente en dos aspectos:

  1. La garantía del acceso incondicional a una renta adecuada a través de un trabajo digno, haciendo especial énfasis en el reparto justo del mismo.
  2. El acceso efectivo y libre a los derechos sociales y bienes comunes, tales como sanidad, educación, vivienda, medioambiente, conocimiento...

Para la consecución de este modelo se hace necesaria una política fiscal, presupuestaria y social, así como la auditoría de la deuda, siendo éstas una condiciones necesarias, pero no suficientes: también es esencial el establecimiento de un nuevo catálogo de derechos sociales, de manera que se rescate a las personas y no a los bancos.

También consideramos necesario garantizar la neutralidad y el libre acceso a la red, al conocimiento y la educación contra las dinámicas privatizadoras y mercantilizadoras del saber. Máxime conociendo la capacidad de la sociedad del conocimiento de proveer abundancia, solución a la mayoría de los conflictos, y que será coartada en un sistema económico que necesita de la escasez, natural o provocada, para la creación de valor monetario.

Presentaremos nuestro modelo de Democracia 4.0, así como un Plan de Rescate Ciudadano; mientras los que dicen representarnos modifican la constitución fuera de programa, en menos de un mes, sin debate ni refrendo popular y rescatan a los Bancos, irresponsables, que se han beneficiado de una situación que en gran medida han provocado.

El actual modelo de democracia representativa está agotado: "no nos sentimos representados".

El 15 de octubre personas de todo el mundo tomarán las calles y las plazas. Desde América a Asia, desde África a Europa, la gente se está levantando para reclamar sus derechos y pedir una auténtica democracia. Ahora ha llegado el momento de unirnos todos en una protesta no violenta a escala global. Nos vemos en la calle el 15 octubre nuevamente sin banderas ni símbolos en una manifestación pacífica.

Manifiesto #15oct descargar

En Logroño, la manifestación tendrá lugar en La Plaza del Mercado a las 20:00 horas

Grupos pro-movilización ciudadana Democracia real ya

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