"Twitter es la clave. Es la herramienta de los activistas", explica el abogado Carlos Sánchez-Almeida , el primero en lanzar el hashtag #nolesvotes. Viejo conocedor de los movimientos de protesta en la red española desde los noventa, afirma que, a diferencia de entonces, la velocidad de esta nueva herramienta hace inmediatas las acciones de "guerrilla". En solo una tarde, y gracias a Twitter, los usuarios se organizaron para crear y coordinar 80 grupos regionales para la campaña.
Un ejemplo del poder revolucionario tuitero incluso sin Twitter es cómo usa la red desde Cuba la activista Yoani Sánchez . No puede ver su cuenta por la censura en la isla, así que tuitea a ciegas desde su móvil. A cambio, recibe SMS desde todo el mundo de sus 100.000 seguidores que le han ido informando, por ejemplo, de lo que sucedía en Libia o Egipto. Después, las noticias vuelan al estilo cubano, en CD o memorias USB. Y en las rebeliones de los países árabes , Twitter ha ayudado en la organización de los activistas y servido como caja de resonancia internacional de sus acciones. Cuando Mubarak ordenó a los proveedores de Internet desenchufar el país, usuarios de todo el mundo ayudaron a los egipcios a saltarse la desconexión y Twitter se alió con Google para crear un sistema que les permitiera tuitear mediante una llamada telefónica local.
"Las revoluciones, ni estas ni ninguna, no son producidas por Twitter o cualquier otra tecnología de comunicación, pero sin Twitter y otras redes sociales no habrían tenido la forma que tienen, no habrían sido tan espontáneas, ni de difusión tan rápida, ni tan autoorganizadas de forma flexible y poco controlable, sin partidos de vanguardia ni autoproclamados líderes", explica por correo el catedrático de sociología Manuel Castells, una autoridad en las relaciones entre comunicación y poder . "Por eso yo las llamo wikirrevoluciones (como Wikipedia), movimientos sociales autogenerados y autoorganizados, que se basan en redes horizontales de comunicación y confianza entre la gente, que empiezan en Twitter y Facebook y acaban en la calle y, cuando es necesario, en las barricadas, como en los tiempos heroicos. Pero para llegar a las barricadas hay que pasar por la red. Estas son las revoluciones de nuestro tiempo, protagonizadas por jóvenes con los medios propios de su generación, las redes sociales".
Fuentes: El País
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